martes, 25 de febrero de 2020

Sabiduría 11 (María H. 10/02/2020)

La Sabiduría de Dios ha ido guiando al pueblo elegido a lo largo de toda su historia. En el capítulo anterior se resumía el Génesis y empezaba a explicarse el Éxodo; a partir de ahora se medita en profundidad sobre la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, empezando por las plagas.

Por un lado, el envío de insectos y reptiles se muestra como una respuesta a la idolatría de Egipto, que adoraba, entre otros animales, a serpientes y escarabajos. También la idolatría explica la plaga de las tinieblas: supone una demostración de que Yahvéh es más poderoso que el principal de los dioses egipcios: Ra, una personificación del sol.

Por otro lado, se relaciona la primera plaga, el Nilo lleno de sangre, con la orden faraónica de arrojar al río a los niños hebreos; también esta sería la causa de la décima plaga, la de los primogénitos egipcios muertos: el Dios de Israel hiere la descendencia de los egipcios como previamente el faraón había herido la descendencia de los israelitas (Sb 18,5).

Así, las plagas no solamente son una medida de presión para que el Faraón dejara marchar al pueblo de Israel, también tienen una intención aleccionadora: en el pecado va la penitencia.


El agua contaminada hace sufrir sed a los egipcios; sin embargo, cuando es Israel el que sufre sed, Dios obtiene para su pueblo agua, haciéndola manar de una roca. Cuando Israel sufre hambre, Dios envía el maná.

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