viernes, 13 de diciembre de 2019

Sabiduría 7 (María F. 25/11/2019)

El capítulo que leemos hoy forma parte de un discurso puesto en boca del rey Salomón. Este explica que la búsqueda de la sabiduría vale más que todo, y trae toda clase de bienes. El himno a la sabiduría comienza aludiendo al nacimiento de Salomón, para que veamos que es como todos los hombres nacido de mujer y destinado a la muerte. La sabiduría no es una herencia biológica, el autor predica una sabiduría que viene de Dios y que conduce a los hombres a Dios, es un don de Dios para los que la piden. Por ello es tan importante la oración y la acogida.
La sabiduría no debe ser entendida como un valor únicamente intelectual, sino sobre todo existencial. La verdadera sabiduría no consiste en saber muchas cosas, sino en conocer y practicar lo que es realmente necesario. La búsqueda de la sabiduría es en definitiva la búsqueda de Dios, para conocer Su voluntad y ponerla en práctica. Se trata así de una determinada manera de vivir tanto en relación con Dios como con los demás.
En el Nuevo Testamento aparece Jesucristo como "sabiduría de Dios" en carne viva. Esta "sabiduría de Dios" se mostró en Jesucristo completamente desnuda de poder y de riquezas, en medio de la debilidad de la cruz. Para los cristianos no hay sabiduría mayor, y sabio es el que sigue a Jesucristo.
Muchas veces nos esforzamos en la vida por conseguir lo que no tiene importancia: poder, riqueza, salud... y menospreciamos lo más importante: ese don que viene de Dios y realiza nuestra unión con Él. ¿Por qué nos decidimos? Jesús lo dice bien claro: "buscad el reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura".
 

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