miércoles, 22 de marzo de 2017

I Samuel 9 (María F. 23/01/2017)


En la primera parte del capítulo 9 se narra el deseo del pueblo de Israel de tener un rey, a pesar de las advertencias de lo que esto implicaba. Los israelitas pidieron un rey, y Dios les concedió lo que pidieron, les dio a la persona que ellos querían.

¿No nos pasa a nosotros también, que a veces pedimos a Dios algo que no nos conviene? Si insistimos demasiado, a veces Dios nos lo da para que aprendamos una lección. Debemos pedir al Señor que nos enseñe a pedir al Padre como Él lo hacía. Y que toda petición vaya siempre acompañada del deseo de ver cumplida nuestra voluntad únicamente si es también la voluntad de Dios y para Su gloria.

La segunda parte del capítulo explica como Saúl estaba buscando las asnas perdidas de su padre y va a consultar a Samuel para que le oriente en su viaje. Cuando Saúl se encuentra con Samuel este le da a conocer la palabra de Dios y como él será el encargado de regir a su pueblo. No fue casualidad que Saúl se encontrara con Samuel en ese pueblo. Ése era exactamente el plan de Dios. 

Saúl estaba buscando a sus asnas perdidas, pero lo que encontró era algo mejor que eso. A veces nos preocupamos por cosas sin trascendencia, cuando Dios tiene planes más grandes para nuestra vida.

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