martes, 18 de octubre de 2016

Rut 2 (Alberto 17/10/2016)

En este segundo capítulo, después de haberse instalado en Belén, las penalidades de Rut y su suegra Noemí continúan. Su situación es tan desesperada que Rut, haciendo un nuevo sacrificio, decide ir a los campos para recoger la pequeña parte de las cosechas que cae al suelo, para que, así, ambas tengan algo que comer, tal y como estaba contemplado en la Ley de Moisés, que exigía a los que cultivaban la tierra que no recogieran del suelo los frutos del campo que se les cayeran durante la siega de manera que dicho fruto pudiera ser aprovechado por los más pobres, como recuerdo de los tiempos de esclavitud en Egipto.
 
Sin embargo, Dios vela por ellas, ya que Rut va a recoger comida en el campo de un hombre llamado Booz, quien resulta ser un pariente de Elimélec, el marido de Noemí. Así, cuando Booz visita un día sus tierras y reconoce a Rut, le agradece cuánto ha hecho por Noemí dejándole unirse a sus propias criadas que también estaban en el campo, y pidiendo a sus criados, sin que Rut se entere, que dejen caer a propósito varias gavillas de trigo para que las recoja y ni a ella ni a Noemí les falte el sustento.
 
De esta manera, el capítulo nos muestra que Dios, como nos recordaba también Jesús en el Evangelio de ayer, siempre cuida de los suyos y “les hace justicia”, como hace con Noemí y Rut, incluso  uando, como le ocurría a Noemí, desesperamos y creemos que Él nos ha abandonado. Sigamos el  odelo de Rut y perseveremos en la Fe, incluso en los momentos más difíciles, convencidos de que también en ellos, Dios está allí a nuestro lado para consolarnos y ayudarnos.

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