miércoles, 5 de noviembre de 2014

Josué 11 (María Victoria 27/10/2014)



En este undécimo capítulo del libro de Josué se nos narra ahora la conquista de la zona septentrional de Canaán. Todos los pueblos que habitan en ella se unen entre sí ante la amenaza del pueblo de Israel, acampando a las orillas del río Merom.  
A pesar del peligro y el miedo que supone esta alianza, Dios sigue infundiendo tranquilidad y confianza a los israelitas, prometiéndoles la victoria en esta última batalla. Josué, una vez más, se fía de las palabras del Señor, guía a los israelitas en la batalla y derrota a sus enemigos. Tras esta victoria, Israel se apresura a conquistar el resto de territorios de la Tierra Prometida, destruyendo sólo la ciudad de Jasor, y cumpliendo los mandatos que Dios había dado a Moisés. Culmina así la conquista de Canaán.
La tranquilidad y confianza que Dios inspira a su pueblo son cruciales para el triunfo final de Israel. Es precisamente esto lo que Jesús nos quiere hacer entender cuando nos anima a hablar francamente y sin temor de Dios, como bien recoge el evangelista Lucas: 

“¿No se venden cinco pajarillos por dos ases? Pues bien, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Hasta los cabellos de vuestras cabezas están todos contados. No temáis; valéis más que muchos pajarillos" (Lc, 12, 6)

Por lo tanto, no tengamos miedo de los problemas que puedan presentársenos en la vida, abramos nuestras puertas de par en par a Cristo, y recordemos las palabras del salmista: “aunque caminara por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo, tu vara y tu cayado me sosiegan”.  

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