Este capítulo del Apocalipsis se compone de 3
apartados. En la primera parte se habla del milenio, es decir, los mil años en
los que Satanás será encerrado en el abismo por un Ángel bajado del cielo. Se
habla de la captura y encarcelamiento de Satanás durante 1000 años, tiempo en
el cuál Cristo reinará en la Tierra en justicia, paz y donde la naturaleza será
restaurada a su belleza original. En el texto también se dice que hay unos
tronos en donde se observan 3 grupos principales: primero, los que se sientan
en los tronos y tienen la capacidad de juzgar, es decir, la Iglesia, los Reyes
y sacerdotes, los cuales tendrán una gran responsabilidad dentro del milenio;
segundo, los que fueron martirizados por causa de Cristo en la tribulación, es
decir, los que fueron decapitados por dar testimonio de Jesús y por la Palabra
de Dios; y por último el grupo de personas que sobrevivieron a la gran
tribulación y no se sometieron ni adoraron a la bestia ni a su imagen, y que no
recibieron ninguna marca ni en la frente ni en las manos. Estos participan del
Reino de Cristo siendo seres vivos no resucitados. También se menciona a todos
aquellos que resucitan antes del final del milenio, los que participarán de la
primera resurrección y de la Vida Eterna, de la resurrección de los muertos en
Cristo, que son los Santos del Antiguo Testamento, de la Iglesia y los santos
muertos en la tribulación. Por otra parte, se encuentran todos aquellos que no
se sometieron a la bestia, en cuyo caso se levantarán al final del milenio y
participarán de la 2ª muerte, de la condenación eterna y serán arrojados al
lago de fuego, es decir, al infierno. Y por último se encuentran los que
sobrevivieron a la tribulación y se sometieron a la bestia, los cuales morirán en el juicio final.
La segunda parte de este capítulo habla del fin de
Satanás, narra cómo pasados estos mil años, Satanás es liberado por un corto
período de tiempo, pero lo suficiente para reunir a un ejército de rebeldes, de
personas que no creen en Cristo. En este período de tiempo todos los niños que
nacen viven en pecado y necesitan ser salvados con el Bautismo, necesitan nacer
en Cristo, en la Fe. A pesar de que Satanás reúne un gran ejército y llegan
casi al campamento de los Santos, Dios derrota a este ejército del mal haciendo
bajar fuego del Cielo para consumirlos y
para enviarlos al lago de fuego, es decir, al infierno, junto con la bestia y
el falso profeta, donde serán atormentados día y noche.
Y la tercera y última parte de este capítulo nos
habla del último juicio, es decir, donde todos los que no participaron de la 1ª
Resurrección serán juzgados ante el trono blanco de Dios según sus obras, según
cómo hayan actuado a lo largo de su vida en la Tierra. En este juicio no sólo
se abren los libros ya mencionados en otros capítulos del Apocalipsis, sino
también el libro de la Vida, el libro donde se encuentran los nombres de
aquellas personas que hayan obrado bien, las cuáles serán salvadas y vivirán
una Vida Eterna. Por el contrario, todas aquellas personas que no estén en el
Libro de la Vida serán condenadas a la segunda muerte y serán arrojadas al lago
de fuego, al infierno.
La conclusión que yo obtengo de este pasaje del
Apocalipsis es que actualmente está presente Satanás, está presente el mal y sus
seducciones, y por ello debemos bautizarnos en Cristo, creer en Él y hacer el
bien, no debemos separarnos de su lado ni dejarnos seducir por Satanás para así
poder ser salvados en el juicio final al que iremos cuando llegue nuestra
muerte. Sólo con Cristo y con la Virgen María podremos vivir una Vida Eterna,
donde no habrá sufrimiento ni injusticias, sino sólo paz, armonía y felicidad.
Debemos permanecer en Cristo porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Por
ello os animo a ser evangelizadores de la palabra de Dios, os animo a dar a
conocer a Cristo y a la Virgen María a todas aquellas personas que se crucen en
vuestros caminos, ya sea en el trabajo, en la universidad, en la calle, entre
vuestros amigos y familiares o incluso en el gimnasio. Debemos hacer conocer a
Cristo, porqué sólo en Él encontraremos la Salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario