Comenzábamos el año 2013 con la lectura del
último libro del Nuevo Testamento: El Apocalipsis, donde se pone
de manifiesto la revelación de Jesucristo y donde Juan, autor del mismo,
estando en la isla de Patmos, cae en éxtasis, se le aparece el Señor, y además
recibe varias visiones.
Decía el V.3 del Capítulo 1: “Dichoso
el que lea y dichosos los que escuchen las palabras de esta profecía y tengan
en cuenta lo escrito en ella, porque el Tiempo está cerca”. Debemos
recordar que a veces se asocia el término “apocalíptico” con catástrofes o el
fin del mundo, cuando la realidad es que el Apocalipsis nos transmite un
mensaje de Salvación, el anuncio de la
victoria y el dominio del Pueblo de Dios sobre el mal, sobre el enemigo, y que
los cristianos estamos a la espera de ese momento ya que Dios es el Alfa y
Omega, principio y fin de todas las cosas.
Los Cap 2 y 3 nos relatan las cartas que
escribe Juan por inspiración de Dios a las Siete Iglesias de Asia. En ellas
Dios les explica que conoce cada una de sus conductas, felicitándoles por sus
logros y virtudes, pero reprochándoles todos sus pecados y errores,
invitándoles al arrepentimiento y conversión para que puedan encontrarse con Él
en el Reino de los Cielos, y así alcanzar la Vida Eterna.
Con los Cap. 4 y 5 Juan tiene una nueva
visión desde el trono de Dios, en donde vio veinticuatro ancianos y cuatro
seres vivientes, y donde Dios entrega al Cordero un Libro Sellado donde se
describen los destinos del mundo para que lo abra, pues es Jesucristo, el único
digno de abrir el Libro los Siete Sellos que lleva, y que revela el plan que
Dios tiene para cada uno de nosotros.
Desde el
Capítulo 6 en adelante, se van abriendo cada uno de los sellos. Con los cuatro
primeros aparecen cuatro Jinetes con los que Jesús vence a la guerra, al hambre, a la
pobreza y a la muerte; y los siguientes nos presentaban las consecuencias de la victoria del
Cordero según el uso hecho por los hombres de su libertad. También se puso
en marcha un nuevo juicio representado por siete ángeles con siete trompetas,
en los que se anunciaban los
desastres sobre la naturaleza, además de los juicios sobre los hombres que
había en la tierra que no llevaban el sello de Dios, pues serían castigados de
una manera terrible por haber rechazado la Salvación.
En el capítulo 12 encontramos la Visión de la Mujer y el
Dragón. Dios, que es misericordioso, envía a una mujer, María, quien dará a luz
al Mesías, Nuestro Señor Jesucristo. Ella es perseguida por Satanás,
representado por el Dragón, dispuesto a acabar con su Hijo cuando diera a luz, pero
en combate con el Arcángel Miguel, el Dragón es vencido y arrojado a la tierra
ya que el cielo no era lugar para él, mientras que María huía hacia el desierto
durante un tiempo para protegerse y estar a salvo.
Después de esta períoca sobre los 12 primeros
capítulos, comenzamos este nuevo curso en el ecuador de este libro con el
capítulo 13.
Finalizaba el capítulo anterior con el Dragón
despechado contra la Mujer ya que no consiguió su propósito, por lo que condenó
a los que habitaban en la Tierra y en el Mar, y seguían el testimonio de Jesús.
En esta perícopa, Juan se muestra receptor de una nueva visión en donde
aparecen dos Bestias a las cuales les son otorgadas poder y autoridad por el
Diablo.
Primero surge del mar una Bestia que recibió
el poder del Dragón, y quien blasfemaba contra Dios, permitiéndole la guerra a
los santos, y ser adorado. Por ello se repite una vez más las palabras del primer
capítulo: “el que tenga oídos que oiga, pues aquí se pone a prueba la paciencia
y la fe de los santos”.
Después surge la segunda Bestia, lo que
algunos llaman el falso profeta o el Anticristo, y cuyo papel es
hacer que el mundo adore a la primera bestia y se ponga a su servicio, ya que
aquellos que lo hagan llevarán una marca para identificarles con él, la cifra
de su nombre: el 666. Todos los habitantes de la tierra son seducidos por la
Bestia. Resulta evidente que
aquellos que no adoran a la primera bestia son los cristianos, los cuales serán
perseguidos por ellos. En la historia, el Imperio Romano perseguía ardientemente a los cristianos
por el hecho de que éstos, por su única fe en Cristo Jesús, se negaban a dar
culto tanto al Imperio como al César. El
hecho de llevar esta marca como signo de ser seguidores del Dragón, quien
quiere ser adorado como un “dios”, nos recuerda que también Dios marcó con
sellos a aquellos elegidos para alcanzar el Reino de los Cielos.
El significado del 666 es un misterio. Cuando
se habla de este número, normalmente se asocia al Diablo o un número Satánico,
pero ya vimos que el Diablo es identificado como el Dragón. En este lectura
Juan llama a la Bestia con esta cifra y lo califica como “la cifra del hombre”,
y llama a quien tiene sabiduría para descifrar su significado, por tanto, el
666 se asocia al nombre de un hombre, un hombre inteligente. El número 6
significa imperfección, ya que precede al 7 que es perfección, al
igual que el 3, por lo que tres
veces seis significa la perfecta imperfección, la imperfección total y
llevada hasta el extremo, ya que si fuera perfecto, sería Dios, pero como dice la 1
Carta de Juan (4, 3): Y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de
Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y
que ahora ya está en el mundo.
Es por eso que
en este capítulo, se requiere de la paciencia de los Santos, de todos los que
creen en Jesús. Les pide que tengan Fe, poniéndoles esta prueba frente a las
Bestias. Hoy en día falsos profetas, perseguidores del cristianismo y seducciones
materiales y paganas siguen acechándonos en el mundo. Sin embargo, los fieles
cristianos tenemos que mantener la paciencia en la Fe y superar todas estas
pruebas que también Dios nos pone cada
día, para que sepamos elegir entre el Bien y el Mal, defendiendo nuestra
creencia, al igual que hicieron muchos mártires, como los mártires de
Barbastro.
¿Cuántas veces nos hemos sentido diferentes o
nos han señalado por ser cristianos? En nuestro entorno o círculo, universidad,
etc, ¿o cuántos son cristianos, y cuántos de ellos celebran la Eucaristía cada
Domingo? Tenemos que ser pacientes, confiar
en Dios, y como jóvenes tenemos una misión ya que hemos recibido la gracia de
Dios y debemos transmitir la Buena Nueva, sin miedo, dando testimonio en el
mundo de hoy, en esta sociedad que cada vez se aleja más del Padre y donde hay
muchos obstáculos. Como nos suele decir el Padre Francisco: Ser cristiano no
es fácil.
Así pues, nuestra marca no tiene que ser la
de la Bestia, pues al tener oídos para escuchar las palabras de esta profecía,
confiemos en que vamos a salvarnos siempre y cuando defendamos a Dios y seamos
firmes en la Fe, llevando con orgullo la Cruz, que es nuestra marca, predicando
y recordando su sacrificio en la Eucaristía, encontrándonos con Él en la
Oración, y rezando también a María.
También el Papa nos recuerda que un verdadero
cristiano soporta las humillaciones con paciencia y alegría, por eso finalizo con
algunas palabras de San Vicente de Paúl donde nos recuerda que sigamos a Dios
para ir a su encuentro en el Reino de los Cielos:
“Tenemos que seguir a Jesucristo:
“Primero, como hombres racionales, tratando bien al prójimo y siendo
justo con él. Segundo, como cristianos, practicando las virtudes de que
nos ha dado ejemplo nuestro Señor. Y finalmente, como misioneros,
realizando bien las obras que él hizo y con un mismo espíritu, en la medida que
lo permita nuestra debilidad, que tan bien conoce Dios.”
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