viernes, 24 de mayo de 2013

Apocalipsis 8 (Nieves 20/05/2013)


Un silencio Solemne precede y anuncia la Venida del Señor, la ejecución de los decretos consignados en el libro abierto. Todos los enemigos de Dios, tanto en el cielo como en la tierra, han sido vencidos de una vez para siempre! TODOS! Y fueron muchos,... entre ellos poderosos guerreros de la maldad encabezada por Lucifer.

Ha llegado el momento para reflexionar, sobre la gran guerra entre las fuerzas del mal y del bien, la que ha sido larga, dura y costosa, comenzando en el Cielo con Lucifer y los Ángeles que se abanderizaron con él, y terminando con su castigo final siendo sentenciados los humanos que prefirieron el mal sobre el bien, a Satanás sobre Dios.

Después de tantísima lucha a través de largas épocas y en todo rincón de la tierra, aun en lugares Celestiales, es tiempo de descansar media hora antes de iniciar cualquier labor.

Dios ha mostrado su ira a lo largo de la historia de la creación del hombre, con guerras, pestes, huracanes, terremotos, maremotos, tsunamis, hambre, dictaduras, etc.,...pero detrás de todos estos acontecimientos su Misericordia y su Justicia Infinita, se han hecho sentir tanto con los buenos como con los malos. Es en cierto sentido, la Revelación del AMOR SANTO.

En la persona de Jesús , la ira de Dios se manifiesta a la manera humana, en unas condiciones duras y violentas contra el diablo.
* En el templo con los cambistas y vendedores de animales.
* En la Sinagoga de Cafarnaúm con los Fariseos por la dureza de corazón.

Ciertamente después de estos actos puntuales Dios es Amor Infinito y nos creó para el Amor y la Felicidad.

Como decía San Agustín, Ama y haz lo que quieras, pero por su propia experiencia , escribió ampliamente sobre la necesidad del Santo Temor de Dios, como motivo para el arrepentimiento, reconocer nuestra debilidad, que nos lleva al dolor del corazón por el pecado.

El incensario fue usado en relación con la intercesión en el juicio.

He aquí la maravillosa sorpresa:
Las oraciones de los Santos y el fuego de Dios significa que todas las fuerzas oscuras desatadas en el mundo son vencidas por el Poder de la Oración, prendida por el Fuego de Dios, y echada sobre la tierra. Este humo de perfumes que sube al Trono de Dios de cada uno de nosotros con un corazón sincero de darse todo al TODO.

Santa Teresa de Jesús dice en sus escritos sobre la Oración: es tratar de amistad, estando muchas veces a solas con quien sabemos que nos ama.

La Oración no es un momento, es un camino, te irá descubriendo quién es Nuestro Señor, quién es Dios, sus misterios, sus propuestas, sus sentimientos, y el amor con que acoge y te busca.

La Oración, al mismo tiempo, te ayudará a conocerte personalmente de otro modo, quién eres y cómo vives. También te hace conocer la amargura, el pesar de haber ofendido a Dios (simbolizada aquí por el ajenjo).

Dios, nos invita a velar en Oración, y a volar bien alto como el águila, mirar las cosas del Cielo que son eternas, y confiar en su infinita misericordia.

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