domingo, 12 de mayo de 2013

Apocalipsis 6,1-8 (María 29/04/2013)



Al final del capítulo 5 se había visto que el Cordero es el único digno de abrir el Libro y romper sus sellos.

En esta lectura, el Cordero abre los cuatro primeros sellos, apareciendo cuatro caballos (blanco, rojo, negro y bayo) con sus jinetes.

El pasaje de los cuatro jinetes del Apocalipsis es uno de los más conocidos de este libro, y muchas veces ha sido relacionado con una visión profética de la caída del Imperio Romano.

Pero no solo debemos ver este libro como unos acontecimientos acaecidos hace siglos; ni tampoco como algo de un futuro lejano. La Palabra de Dios es actual:

Aunque ahora la peste no cause tantos daños, sigue habiendo enfermedades. Sigue habiendo muerte. Esto es lo que representa el caballo bayo.

También sigue habiendo hambre, representado por el caballo negro. La avaricia ha llevado a especular hasta con la comida y, como está escrito en esta lectura, algunos alimentos básicos, como los cereales, tienen precios prohibitivos para demasiadas personas.

Y sigue habiendo guerras (representadas por el caballo rojo), en las que los hombres se matan entre sí.

Pero no debemos perder la esperanza. Queda el primero de los jinetes, que es el que tiene la última palabra: De color blanco, símbolo de la inocencia, de la pureza, de la luz, y de la Vida, ha salido victorioso. Es Cristo, que ha vencido al mundo. Y derrotará a los otros tres jinetes:

Para vencer a la guerra, nos ha mandado que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado. Hasta dar la vida por los amigos.

Para vencer al hambre, nos ha dado como alimento su propio cuerpo.
Y para vencer a la muerte, se sometió a ella. Pero HA RESUCITADO, logrando así la Vida Eterna para todos nosotros.

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