La lectura de hoy, que corresponde al capítulo 6 de los Hechos de los Apóstoles, es sobre la institución de los Siete, aquellos primeros hombres que fueron llamados al servicio (diakonia en griego) de la primera comunidad cristiana, los primeros diáconos de la Iglesia. Entre ellos, Esteban, el primero en el que se cumplen las palabras del Señor “si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros” (Jn 15,20).
Podríamos decir que la lectura de hoy está relacionada con las lecturas de la misa de ayer en el sentido de la llamada, de cómo el Señor escogió a sus apóstoles (12 por cada tribu de Israel) y, por medio de la asamblea y la imposición de manos, designó a otros para el servicio de Su creciente Iglesia (7 por el número de naciones paganas que había en Canaán). A cada uno los llamó por su nombre.
Tal vez nos preguntemos: ¿qué tiene que ver hoy esta Palabra de Dios, con cada uno de nosotros? En primer lugar, de la Iglesia continúan saliendo nuevos hijos que, acudiendo a la llamada del Señor, le entregan su vida según su vocación: sacerdotes y diáconos son propuestos por la comunidad y cada obispo les impone las manos para dedicarse al cuidado de la grey, hombres y mujeres son consagrados a la oración o al servicio de los pobres, de la educación…, y novios (con la aprobación de la Iglesia) son bendecidos por Dios para aumentar la familia de los hijos de Dios. El Señor, pues, sigue llamando y también a cada uno de nosotros en particular, así que estemos siempre a la escucha para no dejar de responder a Su llamada y ser fieles, sencillamente, con las obras de cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario