miércoles, 20 de mayo de 2009

2Pedro 3, 8-18 (Fernando V. 01/12/2008)

Esta reflexión, para mí, se basa en que hay que demostrar las esperanzas que tenemos depositadas en Dios, que nos pone a prueba para que demostremos nuestra fe.

Él siempre cumple sus promesas, a pesar del tiempo que pase, y llegará el bien, y el mal se desvanecerá. La justicia será realmente justa, aunque las escrituras de nuestro hermano Pablo, como le llama Pedro, suelan ser malinterpretadas por aquellos duros de mollera.

Lo que quiere decir esta lectura es, básicamente, que no debemos ser arrastrados por el mal camino, sino por el camino de Dios.

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