“Vuestro trabajo no es en vano en el Señor”, de esta manera S. Pablo nos quiere explicar el sentido cristiano de la muerte y de su resurrección. Verdaderamente, Cristo murió por nosotros y resucitó venciendo a la muerte al tercer día.
Otra frase que debo destacar de este capítulo es la siguiente: “porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó”. Este tema, a mi parecer tan complejo y sencillo a la vez, S. Pablo lo resuelve exitosamente contestando que “vana es nuestra fe si no creemos que Cristo ha resucitado”, y tiene mucha razón, ya que nuestra fe no tendría sentido alguno si creemos en un muerto, ¡pero no!, creemos y profesamos que Cristo resucitó, que es el Hijo de Dios y que al morir tendremos la vida eterna prometida.
También explica en este capítulo, el miedo propio de aquel que anuncia el mensaje de Cristo, la Buena Nueva a los demás, y es el de ser perseguido. Él lo vivió en sus “propias carnes”, como se suele decir, y señala “cada día estoy en peligro de muerte”.
Pues ojalá que con este texto de la carta de S. Pablo a los corintios, podamos llegar a comprender el mensaje de vida de Cristo y darnos a los demás por medio de la predicación y del apostolado a nuestros amigos y cercanos, para que así, y con buenas almas, lleguemos a la gloria de la Pascua.
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